sábado, 6 de octubre de 2007

jueves, 4 de octubre de 2007

PROGRAMACIÓN DEL OCTUBRE MISIONERO



tuvidaesmisión007@hotmail.com
http://joventuvidaesmision.blogspot.com/
1
Prees. P. Ángel Rodríguez del Palacios (7am)
Col. NS. de Lourdes (10am)
2
Inst. Niños Cantores (7am)
Col. San Antonio (10am)
3
Col. Ma. Auxiliadora (7am)
Col. Olegario Villalobos (10am)
4
Col. San Alfonso (7am)
Col. Nazaret
5
Col. Santa Rita (7am)
Bicentenario del Libertador (10am)
6

Zona Past. No. 7
7

Zona Past. No. 7
8
Col. NS. de Coromoto (7am)
Col. Cecilio Acosta (7am)
9
Col. Cristo Rey (7am)
Col. María Reina (10am)
Col. Padre José Cueto
10
Col. Mons. Arias Blanco (7am)
Col. NS. del Carmen (10am)
11
Col. La Presentación (7am)
Col. La Epifanía (9am)
Prees. San Rafael
12
DIA DE FIESTA
Día de la Resistencia Indígena

13

Zona Past. No. 1 y 2
HORA: 6:00 PM
Catedral : Ángel Bermudez, Víctor y Ronaldy.
La Milagrosa: Emily y Mónica.
San Benito: Marggy y Angel Sandoval.
San Antonio María Claret : María Gracia y Augusto.

14
VISITAS A PARROQUIAS:

Nuestra S. del Carmen: Eduardo, Ronaldy y Ángel Sandoval... 8:00 a.m
Corazón de Jesús : María Gracia y Marggy...10:00 a.m
Perpetuo Socorro: Ángel Bermudez y Victor...
La Sagrada Familia: Augusto y Mónica....11:00 a.m
15
Col. Pablo VI
Col. Juan Hilario Boset
16
Col. Madre Laura
Col. Marie Poussepin
17
Col. Las Mercedes
Col. La Merced
18
Col. Divino Niño (7am)
Col. La Chinita (Fe y Alegría)
Col. Manolo Muchacho
19
Col. San Rafael
Col. NS. de Pompeya
Col. NS. del Carmen
Rect. La Transfiguración del Señor
20
VISITAS A PARROQUIAS:
HORA:6:00 PM
San Pablo: Augusto, Emily y Ronaldy
Cristo Rey: Ángel Bermudez y Victor
Buen Pastor: Marggy y Maria Gracia

21
DOMUND 2007

22
Col. NS. del Pilar (10am)
Col. Madre Elisa Jaramillo
23
Col. Ender Ávila
(La Sierrita)
24
DIA DE FIESTA
Nt. Rafael Urdaneta
25
Inst. Carmela Valera
Col. Claret
26
Col. Madre Candelaria
(La Concepción)

27
VISITA A PARROQUIAS
HORA: 6:00 PM

Nuestra Señora de Guadalupe: Mónica y Maikel

San Felipe Neri: Ángel Bermudez, Victor

Santisímo Cristo: Maria Gracia Y Ronaldy

San Juan Bautista: Marggy Y Ángel Sandoval

28

VISITAS A LAS PARROQUIAS:

Santa Mónica: Augusto

La Caridad del Cobre: Ángel Bermudez, Victor y Ronaldy

Santa María Niña: Marggy y Mónica

Nuestra Señora del Carmen (La Cañada) : Marggy y Eduardo


29
Santo Domingo de la
Calzada (Km. 48, vía perijá)
30
Col. Nectario María
Prees. Juan Leonardi
31
San Isidro Labrador
(Las Playitas)
1
Col. Nueva América (7am)
2
NS. de Coromoto
3
CLAUSURA de la Jornada Nacional de CENTIMISIÓN

FRANCISCO DE ASÍS: EL MISIONERO

«El hombre de hoy necesita la fe, la esperanza y la caridad de Francisco; necesita la alegría de brota de la pobreza de espíritu, esto es, de una libertad interior». -Juan Pablo II, 11-II-03

Vida de San Francisco

Nació en Asís (Italia), el año 1182. Después de una juventud disipada en diversiones, se convirtió, renunció a los bienes paternos y se entregó de lleno a Dios. Abrazó la pobreza y vivió una vida evangélica, predicando a todos el amor de Dios. Dio a sus seguidores unas sabias normas, que luego fueron aprobadas por la Santa Sede. Inició también una Orden de religiosas y un grupo de penitentes que vivían en el mundo, así como la predicación entre los infieles. Murió el año 1226.

Un santo para todos

Ciertamente no existe ningún santo que sea tan popular como él tanto entre católicos como entre los protestantes y aun entre los no cristianos. San Francisco de Asís cautivó la imaginación de sus contemporáneos presentándoles la pobreza, la castidad y la obediencia con la pureza y fuerza de un testimonio radical.
Llegó a ser conocido como el Pobre de Asís por su matrimonio con la Pobreza, su amor por los pajarillos y toda la naturaleza. Todo ello refleja un alma en la que Dios lo era todo sin división, un alma que se nutría de las verdades de la fe católica y que se había entregado enteramente, no sólo a Cristo, sino a Cristo crucificado.

Nacimiento y vida familiar de un caballero

Francisco nació en Asís, ciudad de Umbría, en el año 1182. Su padre, Pedro Bernardone, era comerciante. El nombre de su madre era Pica y algunos autores afirman que pertenecía a una noble familia de la Provenza. Tanto el padre como la madre de Francisco eran personas acomodadas. Pedro Bernardone comerciaba especialmente en Francia. Como se hallase en dicho país cuando nació su hijo, las gentes le apodaron "Francesco" (el francés), por más que en el bautismo recibió el nombre de Juan. En su juventud, Francisco era muy dado a las románticas tradiciones caballerescas que propagaban los trovadores. Disponía de dinero en abundancia y lo gastaba pródigamente, con ostentación. Ni los negocios de su padre, ni los estudios le interesaban mucho, sino el divertirse en cosas vanas que comúnmente se les llama "gozar de la vida". Sin embargo, no era de costumbres licenciosas y acostumbraba a ser muy generoso con los pobres que le pedían por amor de Dios.

Hallazgo de un tesoro

Cuando Francisco tenía unos veinte años, estalló la discordia entre las ciudades de Perugia y Asís y en la guerra, el joven cayó prisionero de los peruginos. La prisión duró un año, y Francisco la soportó alegremente. Sin embargo, cuando recobró la libertad, cayó gravemente enfermo. La enfermedad, en la que el joven probó una vez más su paciencia, fortaleció y maduró su espíritu. Cuando se sintió con fuerzas suficientes, determinó ir a combatir en el ejército de Galterío y Briena en el sur de Italia. Con ese fin, se compró una costosa armadura y un hermoso manto. Pero un día en que paseaba ataviado con su nuevo atuendo, se topó con un caballero mal vestido que había caído en la pobreza; movido a compasión ante aquel infortunio, Francisco cambió sus ricos vestidos por los del caballero pobre. Esa noche vio en sueños un espléndido palacio con salas colmadas de armas, sobre las cuales se hallaba grabado el signo de la cruz y le pareció oír una voz que le decía que esas armas le pertenecían a él y a sus soldados.
Francisco partió a Apulia con el alma ligera y la seguridad de triunfar, pero nunca llegó al frente de batalla. En Espoleto, ciudad del camino de Asís a Roma, cayó nuevamente enfermo y, durante la enfermedad, oyó una voz celestial que le exhortaba a "servir al amo y no al siervo". El joven obedeció. Al principio volvió a su antigua vida, aunque tomándola menos a la ligera. Las gentes, al verle ensimismado, le decían que estaba enamorado. "Sí", replicaba Francisco, "voy a casarme con una joven más bella y más noble que todas las que conocéis". Poco a poco, con la mucha oración, fue concibiendo el deseo de vender todos sus bienes y comprar la perla preciosa de la que habla el Evangelio.

Aunque ignoraba lo que tenía que hacer para ello, una serie de claras inspiraciones sobrenaturales le hizo comprender que la batalla espiritual empieza por la mortificación y la victoria sobre los instintos. Paseándose en cierta ocasión a caballo por la llanura de Asís, encontró a un leproso. Las llagas del mendigo aterrorizaron a Francisco; pero, en vez de huir, se acercó al leproso, que le tendía la mano para recibir una limosna. Francisco comprendió que había llegado el momento de dar el paso al amor radical de Dios. A pesar de su repulsa natural a los leproso, venció su voluntad, se le acercó y le dio un beso. Aquello cambió su vida. Fue un gesto movido por el Espíritu Santo, pidiéndole a Francisco una calidad de entrega, un "sí" que distingue a los santos de los mediocres. A partir de entonces, comenzó a visitar y servir a los enfermos en los hospitales. Algunas veces regalaba a los pobres sus vestidos, otras, el dinero que llevaba.

"Francisco, repara mi Iglesia, pues ya ves que está en ruinas"

En cierta ocasión, mientras oraba en la iglesia de San Damián en las afueras de Asís, el crucifijo, (hoy llamado Crucifijo de San Damián) le repitió tres veces: "Francisco, repara mi casa, pues ya ves que está en ruinas". El santo, viendo que la iglesia se hallaba en muy mal estado, creyó que el Señor quería que la reparase; así pues, partió inmediatamente, tomó una buena cantidad de vestidos de la tienda de su padre y los vendió junto con su caballo. En seguida llevó el dinero al pobre sacerdote que se encargaba de la iglesia de San Damián, y le pidió permiso de quedarse a vivir con él. El buen sacerdote consintió en que Francisco se quedase con él, pero se negó a aceptar el dinero. El joven lo depositó en el alféizar de la ventana. Pedro Bernardone, al enterarse de lo que había hecho su hijo, se dirigió indignado a San Damián. Pero Francisco había tenido buen cuidado de ocultarse.


Renuncia a la herencia de su padre

Al cabo de algunos días pasados en oración y ayuno, Francisco volvió a entrar en la población, pero estaba tan desfigurado y mal vestido, que las gentes se burlaban de él, tomándolo por loco. Pedro Bernardone, muy desconcertado por la conducta de su hijo, le condujo a su casa, le golpeó furiosamente (Francisco tenía entonces veinticinco años), le puso grillos en los pies y le encerró en una habitación. La madre de Francisco se encargó de ponerle en libertad cuando su marido se hallaba ausente y el joven retornó a San Damián. Su padre fue de nuevo a buscarle ahí, le golpeó en la cabeza y le conminó a volver inmediatamente a su casa o a renunciar a su herencia y pagarle el precio de los vestidos que le había tomado.
Su padre le obligó a comparecer ante el obispo Guido de Asís, quien exhortó al joven a devolver el dinero y a tener confianza en Dios: "Dios no desea que su Iglesia goce de bienes injustamente adquiridos." Francisco obedeció a la letra la orden del obispo y añadió: "Los vestidos que llevo puestos pertenecen también a mi padre, de suerte que tengo que devolvérselos." Acto seguido se desnudó y entregó sus vestidos a su padre, diciéndole alegremente: "Hasta ahora tú has sido mi padre en la tierra. Pero en adelante podré decir: Padre nuestro, que estás en los cielos."' Pedro Bernardone abandonó el palacio episcopal "temblando de indignación y profundamente lastimado." El obispo regaló a Francisco un viejo vestido de labrador, que pertenecía a uno de sus siervos. Francisco recibió la primera limosna de su vida con gran agradecimiento, trazó la señal de la cruz sobre el vestido con un trozo de tiza y se lo puso.

Llamado a la renuncia y a la negación

En seguida, partió en busca de un sitio conveniente para establecerse. Iba cantando alegremente las alabanzas divinas por el camino real, cuando se topó con unos bandoleros que le preguntaron quién era. El respondió: "Soy el heraldo del Gran Rey." Los bandoleros le golpearon y le arrojaron en un foso cubierto de nieve. Francisco prosiguió su camino cantando las divinas alabanzas. En un monasterio obtuvo limosna y trabajo como si fuese un mendigo. Cuando llegó a Gubbio, una persona que le conocía, le llevó a su casa y le regaló una túnica, un cinturón y unas sandalias de peregrino. El atuendo era muy pobre pero decente. Francisco lo usó dos años, al cabo de los cuales volvió a San Damián.
Para reparar la iglesia, fue a pedir limosna en Asís, donde todos le habían conocido rico y, naturalmente, hubo de soportar las burlas y el desprecio de más de un mal intencionado. El mismo se encargó de transportar las piedras que hacían falta para reparar la iglesia y ayudó en el trabajo a los albañiles. Una vez terminadas las reparaciones en la iglesia de San Damián, Francisco emprendió un trabajo semejante en la antigua iglesia de San Pedro. Después, se trasladó a una capillita llamada Porciúncula, que pertenecía a la abadía benedictina de Monte Subasio. Probablemente el nombre de la capillita aludía al hecho de que estaba construida en una reducida parcela de tierra.
La Porciúncula se hallaba en una llanura, a unos cuatro kilómetros de Asís y, en aquella época, estaba abandonada y casi en ruinas. La tranquilidad del sitio agradó a Francisco tanto como el título de Nuestra Señora de los Ángeles, en cuyo honor había sido erigida la capilla. Francisco la reparó y fijó en ella su residencia. Ahí le mostró finalmente el cielo lo que esperaba de él, el día de la fiesta de San Matías del año 1209.
En aquella época, el evangelio de la misa de la fiesta decía: "Id a predicar, diciendo: El Reino de Dios ha llegado.. . Dad gratuitamente lo que habéis recibido gratuitamente . . . No poseáis oro ... ni dos túnicas, ni sandalias, ni báculo ... He aquí que os envío como corderos en medio de los lobos. . ." (Mat.10 , 7-19). Estas palabras penetraron hasta lo más profundo en el corazón de Francisco y éste, aplicándolas literalmente, regaló sus sandalias, su báculo y su cinturón y se quedó solamente con la pobre túnica ceñida con un cordón. Tal fue el hábito que dio a sus hermanos un año más tarde: la túnica de lana burda de los pastores y campesinos de la región. Vestido en esa forma, empezó a exhortar a la penitencia con tal energía, que sus palabras hendían los corazones de sus oyentes. Cuando se topaba con alguien en el camino, le saludaba con estas palabras: "La paz del Señor sea contigo."

Dones extraordinarios

Dios le había concedido ya el don de profecía y el don de milagros. Cuando pedía limosna para reparar la iglesia de San Damián, acostumbraba decir: "Ayudadme a terminar esta iglesia. Un día habrá ahí un convento de religiosas en cuyo buen nombre se glorificarán el Señor y la universal Iglesia." La profecía se verificó cinco años más tarde en Santa Clara y sus religiosas. Un habitante de Espoleto sufría de un cáncer que le había desfigurado horriblemente el rostro. En cierta ocasión, al cruzarse con San Francisco, el hombre intentó arrojarse a sus pies, pero el santo se lo impidió y le besó en el rostro. El enfermo quedó instantáneamente curado. San Buenaventura comentaba a este propósito: "No sé si hay, que admirar más el beso o el milagro".

Nueva orden religiosa y visita al Papa.

Francisco tuvo pronto numerosos seguidores y algunos querían hacerse discípulos suyos. El primer discípulo fue Bernardo de Quintavalle, un rico comerciante de Asís. Al principio Bernardo veía con curiosidad la evolución de Francisco y con frecuencia le invitaba a su casa, donde le tenía siempre preparado un lecho próximo al suyo. Bernardo se fingía dormido para observar cómo el siervo de Dios se levantaba calladamente y pasaba largo tiempo en oración, repitiendo estas palabras: "Deus meus et omnia" (Mi Dios y mi todo). Al fin, comprendió que Francisco era "verdaderamente un hombre de Dios" y en seguida le suplicó que le admitiese corno discípulo. Desde entonces, juntos asistían a misa y estudiaban la Sagrada Escritura para conocer la voluntad de Dios. Como las indicaciones de la Biblia concordaban con sus propósitos, Bernardo vendió cuanto tenía y repartió el producto entre los pobres.
Pedro de Cattaneo, canónigo de la catedral de Asís, pidió también a Francisco que le admitiese como discípulo y el santo les "concedió el hábito" a los dos juntos, el 16 de abril de 1209. El tercer compañero de San Francisco fue el hermano Gil, famoso por su gran sencillez y sabiduría espiritual.
En 1210, cuando el grupo contaba ya con doce miembros, Francisco redactó una regla breve e informal que consistía principalmente en los consejos evangélicos para alcanzar la perfección. Con ella se fueron a Roma a presentarla para aprobación del Sumo Pontífice. Viajaron a pie, cantando y rezando, llenos de felicidad, y viviendo de las limosnas que la gente les daba.
En Roma no querían aprobar esta comunidad porque les parecía demasiado rígida en cuanto a pobreza, pero al fin un cardenal dijo: "No les podemos prohibir que vivan como lo mandó Cristo en el evangelio". Recibieron la aprobación, y se volvieron a Asís a vivir en pobreza, en oración, en santa alegría y gran fraternidad, junto a la iglesia de la Porciúncula.
Inocencio III se mostró adverso al principio. Por otra parte, muchos cardenales opinaban que las órdenes religiosas ya existentes necesitaban de reforma, no de multiplicación y que la nueva manera de concebir la pobreza era impracticable.
El cardenal Juan Colonna alegó en favor de Francisco que su regla expresaba los mismos consejos con que el Evangelio exhortaba a la perfección. Más tarde, el Papa relató a su sobrino, quien a su vez lo comunicó a San Buenaventura, que había visto en sueños una palmera que crecía rápidamente y después, había visto a Francisco sosteniendo con su cuerpo la basílica de Letrán que estaba a punto de derrumbarse. Cinco años después, el mismo Pontífice tendría un sueño semejante a propósito de Santo Domingo. Inocencio III mandó, pues, llamar a Francisco y aprobó verbalmente su regla; en seguida le impuso la tonsura, así corno a sus compañeros y les dio por misión predicar la penitencia.

La Porciúncula

San Francisco y sus compañeros se trasladaron provisionalmente a una cabaña de Rivo Torto, en las afueras de Asís, de donde salían a predicar por toda la región. Poco después, tuvieron dificultades con un campesino que reclamaba la cabaña para emplearla como establo de su asno. Francisco respondió: "Dios no nos ha llamado a preparar establos para los asnos", y acto seguido abandonó el lugar y partió a ver al abad de Monte Subasio. En 1212, el abad regaló a Francisco la capilla de la Porciúncula, a condición de que la conservase siempre como la iglesia principal de la nueva orden. El santo se negó a aceptar la propiedad de la capillita y sólo la admitió prestada. En prueba de que la Porciúncula continuaba como propiedad de los benedictinos, Francisco les enviaba cada año, a manera de recompensa por el préstamo, una cesta de pescados cogidos en el riachuelo vecino. Por su parte, los benedictinos correspondían enviándole un tonel de aceite. Tal costumbre existe todavía entre los franciscanos de Santa María de los Ángeles y los benedictinos de San Pedro de Asís.
Alrededor de la Porciúncula, los frailes construyeron varias cabañas primitivas, porque San Francisco no permitía que la orden en general y los conventos en particular, poseyesen bienes temporales. Había hecho de la pobreza el fundamento de su orden y su amor a la pobreza se manifestaba en su manera de vestirse, en los utensilios que empleaba y en cada uno de sus actos. Acostumbraba llamar a su cuerpo "el hermano asno", porque lo consideraba como hecho para transportar carga, para recibir golpes y para comer poco y mal. Cuando veía ocioso a algún fraile, le llamaba "hermano mosca" porque en vez de cooperar con los demás echaba a perder el trabajo de los otros y les resultaba molesto. Poco antes de morir, considerando que el hombre está obligado a tratar con caridad a su cuerpo, Francisco pidió perdón al suyo por haberlo tratado tal vez con demasiado rigor. El santo se había opuesto siempre a las austeridades indiscretas y exageradas. En cierta ocasión, viendo que un fraile había perdido el sueño a causa del excesivo ayuno, Francisco le llevó alimento y comió con él para que se sintiese menos mortificado.

Somete la carne a las espinas; Dios le otorga sabiduría.

Al principio de su conversión, viéndose atacado de violentas tentaciones de impureza, solía revolcarse desnudo sobre la nieve. Cierta vez en que la tentación fue todavía más violenta que de ordinario, el santo se disciplinó furiosamente; como ello no bastase para alejarla, acabó por revolcarse sobre las zarzas y los abrojos.
Su humildad no consistía simplemente en un desprecio sentimental de sí mismo, sino en la convicción de que "ante los ojos de Dios el hombre vale por lo que es y no más". Considerándose indigno del sacerdocio, Francisco sólo llegó a recibir el diaconado. Detestaba de todo corazón las singularidades. Así cuando le contaron que uno de los frailes era tan amante del silencio que sólo se confesaba por señas, respondió disgustado: "Eso no procede del espíritu de Dios sino del demonio; es una tentación y no un acto de virtud." Dios iluminaba la inteligencia de su siervo con una luz de sabiduría que no se encuentra en los libros. Cuando cierto fraile le pidió permiso de estudiar, Francisco le contestó que, si repetía con devoción el "Gloria Patri", llegaría a ser sabio a los ojos de Dios y él mismo era el mejor ejemplo de la sabiduría adquirida en esa forma.

La naturaleza

Sus contemporáneos hablan con frecuencia del cariño de Francisco por los animales y del poder que tenía sobre ellos. Por ejemplo, es famosa la reprensión que dirigió a las golondrinas cuando iba a predicar en Alviano: 'Hermanas golondrinas: ahora me toca hablar a mí; vosotras ya habéis parloteado bastante." Famosas también son las anécdotas le los pajarillos que venían a escucharle cuando cantaba las grandezas del Creador, del conejillo que no quería separarse de él en el Lago Trasimeno y del lobo de Gubbio amansado por el santo. Algunos autores consideran tales anécdotas como simples alegorías, en tanto que otros les atribuyen valor histórico.

Aventura de amor con Dios

Los primeros años de la orden en Santa María de los Ángeles fueron un período de entrenamiento en la pobreza y la caridad fraternas. Los frailes trabajaban en sus oficios y en los campos vecinos para ganarse el pan de cada día. Cuando no había trabajó suficiente, solían pedir limosna de puerta en puerta; pero el fundador les había prohibido que aceptasen dinero. Estaban siempre prontos a servir a todo el mundo, particularmente a los leprosos y menesterosos.
San Francisco insistía en que llamasen a los leprosos "mis hermanos cristianos" y los enfermos no dejaban de apreciar esta profunda delicadeza. El número de los compañeros del santo continuaba en aumento, entre ellos se contaba el famoso "juglar de Dios", fray Junípero; a causa de la sencillez del hermanito Francisco solía repetir: "Quisiera tener todo un bosque de tales juníperos." En cierta ocasión en que el pueblo de Roma se había reunido para recibir a fray Junípero, sus compañeros le hallaron jugando apaciblemente con los niños fuera de las murallas de la ciudad. Santa Clara acostumbraba llamarle "el juguete de Dios".

Murió el 3 de octubre de 1226, después de escuchar la lectura de la Pasión del Señor según San Juan. Francisco había pedido que le sepultasen en el cementerio de los criminales de Colle d'lnferno. En vez de hacerlo así, sus hermanos llevaron al día siguiente el cadáver en solemne procesión a la iglesia de San Jorge, en Asís. Ahí estuvo depositado hasta dos años después de la canonización. En 1230, fue secretamente trasladado a la gran basílica construida por el hermano Elías.

El cadáver desapareció de la vista de los hombres durante seis siglos, hasta que en 1818, tras cincuenta y dos días de búsqueda, fue descubierto bajo el altar mayor, a varios metros de profundidad. El santo no tenía más que cuarenta y cuatro o cuarenta y cinco años al morir. No podemos relatar aquí. ni siquiera en resumen, la azarosa y brillante historia de la orden que fundó, Digamos simplemente que sus tres ramas: la de los frailes menores, la de los frailes menores capuchinos y la de los frailes menores conventuales forman el instituto religioso más numeroso que existe actualmente en la Iglesia. Y, según la opinión del historiador David Knowles, al fundar ese instituto, San Francisco "contribuyó más que nadie a salvar a la Iglesia de la decadencia y el desorden en que había caído durante la Edad Media."
¡San Francisco de Asís: pídele a Jesús que lo amemos tan intensamente como lo lograste amar tú.!
Fuente Bibliográfica: Breve Síntesis tomada del Divino Oficio. El resto: VIDAS DE LOS SANTOS DE BUTLER - TOMO IV.




miércoles, 3 de octubre de 2007

martes, 2 de octubre de 2007

LOGOS Y ALGO MÁS

LOGO DEL SEMIS


LOGO DE CENTIMISIÓN




QUIEN NOS AMA NOS AYUDA



LOGO DE INFANCIA MISIONERA

lunes, 1 de octubre de 2007

ESCUELA Y MISIÓN



MISIONANDO !!!!!






UN ALMUERZO MISIONERO







PATRONA DE LAS MISIONES


Santa Teresita del Niño Jesús, patrona de las misiones


Su fiesta se celebra el 1ro de octubre.

La devoción a Santa Teresita del Niño Jesús se ha esparcido de una manera impresionante a través de toda la Iglesia. Durante su corta vida, Teresita no sobresalió por encima de las otras monjas del convento de carmelitas en Lisieux. Pero inmediatamente después de su muerte, muchos milagros y favores fueron concedidos a través de su intercesión. La santa cumplió la promesa de hacer caer una lluvia de rosas después de su muerte, es decir, una lluvia de beneficios hacia todos los que la invocan. "Lo que me impulsa a ir al Cielo es el pensamiento de poder encender en amor de Dios una multitud de almas que le alabarán eternamente", decía Teresita. Su gran anhelo es que aquellos que la invocan amen a Dios con un amor abrasador.

Por medio de sus cartas, los testimonios de aquellos que la conocieron, y especialmente su autobiografía, "La Historia de un Alma", millones han llegado a conocer sus grandes dones y virtudes. Incontables peregrinos visitan el convento carmelita de Lisieux, donde, el 9 de abril de 1888, María Francisca Teresa Martín, la hija menor del relojero Luis Martín, se convirtió en la novicia más joven. Tenía sólo quince años. Estaban ya allí dos de sus hermanas: María, la mayor, se había ido cuando Teresita tenía nueve años, y Paulina, que había cuidado de la familia después de morir su madre, entró cuando Teresita tenía catorce años.

Teresa había sido la hija preferida de su padre; era tan alegre, atractiva y amable, que los dos sufrieron intensamente cuando llegó el momento de la separación. Pero no le cabía la menor duda de que esa era su vocación. Aunque la salud de Teresita era muy delicada, no deseó ninguna dispensa de la austera regla y no le fue dada ninguna. Sufría intensamente por el frío y por el cansancio de cumplir con algunas de las penitencias físicas y exteriores que la Regla acostumbraba. "Soy un alma muy pequeña, que sólo puede ofrecer cosas muy pequeñas a Nuestro Señor," dijo en una ocasión, "pero quiero buscar un camino nuevo hacia el cielo, muy corto, muy recto, un pequeño sendero…Estamos en la era de los inventos. Me gustaría encontrar un elevador para ascender hasta Jesús, pues soy demasiado pequeña para subir los empinados escalones de la perfección…"

"La Florecita", como muchos la llaman, encontró su elevador, que la llevó velozmente por entre períodos oscuros de sufrimiento espiritual, por entre largas noches de dolor corporal, hacia arriba, siempre arriba, hasta que al fin estuvo segura en brazos de su amado Jesús. Antes de morir, terminó su autobiografía, La Historia de un Alma, escrita a petición de su Superiora. Ha sido traducida a muchos diferentes idiomas, y está llena de belleza, sabiduría y valor, y por ella podemos saber algo de la santidad de Teresita, pues explica cómo hizo de sí misma un juguete de Cristo. Hiciera lo que hiciera, estaba segura de su amor.

La hermana Teresita de Lisieux murió el 30 de Septiembre de 1897. En junio de ese año había sido llevada a la enfermería del convento, padeciendo fuertes hemorragias, y no volvió a salir de allí. Tres de sus declaraciones, pronunciadas por ese tiempo, le han dado la vuelta al mundo y ningún comentario sobre la Florecita, por breve que fuera, estaría completo sin ellas: "Nunca he dado a Dios más que amor, y Él me pagará con amor. Después de mi muerte dejaré caer una lluvia de rosas." "Pasaré mi Cielo haciendo bien sobre la tierra." "Mi caminito es el camino de la infancia espiritual, el camino de la confianza y de la entrega absoluta."

Casi inmediatamente después de su muerte, fueron tan numerosos los milagros obtenidos por su intercesión, que la Santa Sede dispensó los acostumbrados cincuenta años que normalmente deben transcurrir antes que se inicie el proceso de canonización. En 1922 fue solemnemente beatificada por el Papa Pío XI, y dos años más tarde fue canonizada Teresa de Lisieux.

Como una de las principales obligaciones de las carmelitas es pedir por las misiones, no es extraño que, en 1927, Santa Teresita fuera nombrada Patrona celestial de todas las Misiones Extranjeras, junto con San Francisco Javier. Dijo Teresita: "Quisiera ser misionera ahora y siempre y en todas las misiones."

(La mayor parte de esta pequeña biografía ha sido extraída de "Nuestra Herencia Católica" tomo III, publicada por La Prensa Católica, México, 1973)

Oración por las Misiones

Oh Santa Teresita del Niño Jesús, que has sido justamente proclamada Patrona de las Misiones de todo el mundo: acuérdate de los ardentísimos deseos de mostrarte, cuando vivías en la tierra, de querer plantar la Cruz de Jesucristo en todas las naciones, y anunciar el Evangelio hasta la consumación de los siglos. Te suplicamos que ayudes, según tu promesa, a los sacerdotes, a los misioneros y a toda la Iglesia. Así sea.
Santa Teresita del Niño Jesús ¡Ruega por nosotros!

OCTUBRE MISIONERO


Un misionero es un cristiano encargado de salir de su lugar de residencia con el fin de evangelizar a la gente de otros sitios. Normalmente eran monjes encargados de adentrarse en territorios fuera del control de su religión y fundar asentamientos denominados misiones.
Durante la conquista y colonización española y portuguesa de América, los misioneros eran los encargados de construir asentamientos en las zonas más alejadas de los centros cívicos de la época, también eran los encargados de evangelizar a los naturales de esas zonas. Un dato curioso fue el caso de la evangelización de Hispanoamérica, en la que los jesuitas defendieron los derechos de los nativos, frente a la corriente que tomaron los colonos hispanos. Entre otras cosas fueron partidarios de perpetuar el idioma de los nativos y varias de sus costumbres. Actualmente, algunos grupos misioneros más conocidos son: Cáritas, Carmelitas, Cartujos ,Dominicos, Franciscanos, Hermanas de la Caridad, Hermanos de la Caridad Contemplativos, Jesuitas, Mercedarios, Hermanos de las Escuelas Cristianas, Misioneros Combonianos, Salesianos, y Padres Blancos.
Qué son las Obras Misionales Pontificias
Las Obras Misionales Pontificias (OMP) son una institución de la Iglesia universal y de cada Iglesia en particular, encargada de infundir en los católicos, desde la infancia, el sentido verdaderamente universal y misionero, y de recoger eficazmente los subsidios para bien de todas las misiones, según las necesidades de cada una. Son el instrumento oficial y principal de todas las Iglesias para la cooperación misionera.
"Entre todas las obras de asistencia intereclesial, las OMP deben ocupar siempre el primer puesto por dos razones: en primer lugar, porque se dirigen a todos los bautizados, a todas las comunidades cristianas y se preocupan de las necesidades de todas las Iglesias de misión: son el seno de la Iglesia, la expresión del sentido católico y de la comunión universal; en segundo lugar, porque las OMP tienen la finalidad de cooperar al anuncio del mensaje evangélico, que es el deber prioritario de la Iglesia" (Est. OMP Cap I N° 8b)
Nacidas de particulares iniciativas carismáticas, las OMP se han desarrollado con el apoyo de la Santa Sede que, seguidamente, las hizo organizaciones pontificias para asegurarles mayor eficacia y un carácter universal.
¿Por qué se llaman Obras? Una obra es el resultado del trabajo o de la acción: en el trabajo misionero, "Obra" es lo que se realiza en bien al prójimo. Se llaman Obras para distinguirlas de una simple actividad apostólica transitoria. Son Obras porque representan una "organización" eclesial.
¿Por qué Misionales? Porque nos educan en el espíritu misionero universal y porque nos llevan a compartir la fe en Jesucristo y nuestros recursos económicos, espirituales y humanos, con los demás hermanos de las iglesias y comunidades nacientes. Ellas ayudan a que los cristianos y sus comunidades comprendan y cumplan su misión universal.
¿Por qué Pontificias? Porque están aprobadas expresamente por el Papa como obras evangelizadoras misioneras. Además, están a su disposición para ayudarle a cumplir tan alta misión.
Finalidad de las Obras Misionales Pontificias
Las OMP tienen, principalmente 2 finalidades:
A.- Animación Misionera
Formar e informar en todo lo relacionado con la misión
Animar misioneramente para la Nueva Evangelización y para la misión Ad Gentes
Promover el espíritu misionero universal en el seno del Pueblo de Dios
Despertar y profundizar la conciencia misionera del Pueblo de Dios, informando sobre la vida y necesidades de la misión universal.
Recordar a los Pastores su responsabilidad misionera universal, invitándolos a participar en la evangelización del mundo.
Ser para cada diócesis, la Institución específica y principal, para la educación al espíritu misionero universal.
B.- Cooperación Misionera
Promover la cooperación espiritual y material para ayudar a la obra de la evangelización
Ayudar a la evangelización propiamente dicha, sin excluir, empero, la ayuda en el campo caritativo, social, médico, etc.
Favorecer de manera particular la colaboración con los Institutos misioneros que están al servicio de la evangelización del mundo "en nombre de la Iglesia y según la voluntad de la jerarquía"
Preocuparse de las necesidades de todas las Iglesias en Misión.
Suscitar vocaciones ad gentes y de por vida, tanto en las Iglesias antiguas como las más jóvenes.
Promover vínculos de íntima comunión en lo que se refiere a las riquezas espirituales, a los obreros apostólicos y a los recursos materiales.
Actuar, por un lado, como miembro privilegiado de comunicación de las Iglesias particulares entre sí, y por otro lado, entre cada una de ellas y el Papa.
Estimular a las Iglesias a rezar unas por otras, a ayudarse recíprocamente con el envío de personal y de medios materiales, suscitando así el espíritu de solidaridad en vista de la evangelización del mundo.
Las OMP son cuatro:
Obra de la Propagación de la Fe
Obra San Pedro Apóstol
Obra de la Infancia Misionera
Pontificia Unión Misional



OCTUBRE MISIONERO
El mes de Octubre, la Iglesia celebra el Mes de las Misiones, puesto que fue en este mes, que se descubrió el continente Americano, abriendo así una nueva página en la historia de la Evangelización. Este debe ser considerado en todos los países como el mes de la misión universal. En este mes (la fecha exacta varía según el país, entre el 10 y el 24 de Octubre), se realiza también Jornada Misionera Mundial (DoMund), "orientada a sensibilizar sobre el problema misionero, así como a recoger donativos" (RM 81). Todas las Parroquias y Colegios están invitadas a realizar la colecta en este día en favor de las misiones y a hacerse solidarios con nuestros hermanos de los cinco continentes, especialmente los de las Iglesias jóvenes.
DOMUND
....... Uno de los logros más importantes de la Iglesia misionera en nuestras diócesis en estos últimos años, ha sido, sin duda alguna, consolidar y hasta institucionalizar las actividades que se venían realizando alrededor de la Jornada del DOMUND, enmarcándolas en el OCTUBRE MISIONERO. Porque en el DOMUND se debe incrementar no sólo la colecta de unas cantidades económicas, sino la animación misionera de las comunidades cristianas, durante todo el mes de octubre -antes y después del DOMUND- es un recuerdo y, al mismo tiempo, una llamada a las comunidades y a cada uno de los cristianos a acentuar su cooperación misionera, realizando, desde sus posibilidades reales, una serie de iniciativas a través de las cuales vivan más intensamente el mandato que Jesús hizo a todos sus seguidores: "Id y predicad el Evangelio..." y en consecuencia, ejerciten responsablemente su derecho-deber a participar en la actividad misionera de la Iglesia.
....... Para ello, cada semana de Octubre se dedica a uno de los cuatro aspectos que tiene la "cooperación misionera":
 Semana de oración con y por la Iglesia misionera:"La oración debe acompañar el camino de los misioneros, para que el anuncio de la Palabra resulte eficaz por medio de la gracia divina" (RM 78).
....... Tiene como finalidad el que se manifieste la comunión de las comunidades cristianas con las Iglesias jóvenes por medio de la oración, para que el Señor - que es "quien da la fuerza"- siga alentándolas en los duros trabajos por el Evangelio
 Semana del sacrificio y dolor aceptados:....... "El sacrificio del misionero debe ser compartido y sostenido por el de todos los fieles" (RM 78).
....... Su objetivo es dar impulso a que cada cristiano ofrezca y aporte el dolor, el trabajo y el sufrimiento de cada día en apoyo a la ación evangelizadora de la Iglesia entre los no cristianos.
.......  Semana de la cooperación y ayuda económica:....... "Las necesidades materiales de las misiones son muchas y aumentan cada día. Los sacrificios económicos de los fieles son indispensables para construir la Iglesia y testimoniar la caridad" (RM 83).
....... Se pretende que cada comunidad y cristiano se planteen seriamente su aportación económica a las actividades de las misiones como signo visible del sentido de responsabilidad en el anuncio del Evangelio hasta los confines del mundo.
 Semana de oración por las vocaciones misioneras: ....... "El anuncio del Evangelio requiere anunciadores... hombres y mujeres consagrados de por vida a la obra del Evangelio, dispuestos a ir por todo el mundo a llevar la salvación" (RM 79). ....... La súplica al Señor y, al mismo tiempo, la promoción de las vocaciones para la misión universal de la Iglesia en el seno de las comunidades cristianas, con una incidencia especial en las familias y en los jóvenes, es el fin que se busca.
....... "...El penúltimo domingo de octubre proclamado "DOMINGO MUNDIAL DE LAS MISIONES", constituye el momento culminante. Esta jornada se celebrará en todas las Iglesias locales como fiestas de la catolicidad y solidaridad universal" (Est. II, art. I, 11).
....... "El Domingo Mundial de las Misiones, orientado a sensibilizar sobre el problema misionero, así como a recoger donativos, es una cita importante en la vida de la Iglesia, porque enseña cómo se ha de dar: en la celebración eucarística, esto es, como ofrenda a Dios, y para todas las misiones del mundo" (RM 81).
....... Pablo VI, refiriéndose al DOMUND, dice lapidariamente: "Genial intuición de Pío XI". Y efectivamente, fue así. El 14 de abril de 1926, el Domingo Mundial de las Misiones brota del corazón de la Iglesia a iniciativa e impulso de un Papa que ya había impregnado este espíritu misionero en su diócesis a través de un secretariado diocesano e, incluso había ya establecido una gran jornada anual en todas sus parroquias y centros religiosos.
....... En ese mismo año, tal espíritu misionero encuentra eco en España en el corazón y dinamismo de Don Ángel Sagamínaga que, en 1943, con una gran visión publicitaria, unió las dos sílabas iniciales de las primeras palabras y lanzó a la calle el DOMUND.
....... Pío XI en la fiesta de Pentecostés de 1922, año en que fue elegido Papa, interrumpió su homilía y, en medio de un impresionante silencio, se despojó de su solideo y lo tendió hacia la muchedumbre de obispos, sacerdotes y fieles que llenaban la Basílica de San Pedro, a la vez que pedía a toda la Iglesia ayuda para las misiones.
....... Siguiendo con palabras de S.S., el DOMUND es:
 "Un gran acontecimiento en la vida de la Iglesia".
 "Una ocasión de hacer sentir su vocación misionera a la Iglesia, a nuestros hermanos en el episcopado, al clero, a los religiosos y religiosas y a todos los católicos.
 "Una poderosa e insustituible ayuda a las misiones".
 "Un acrecentamiento de la fe tanto en las Iglesias de antigua cristiandad, como en las jóvenes Iglesias".
 "El gran día de la catolicidad" -como lo definió el cardenal Can Rossum- es, en efecto, ese toque de atención para despertar las conciencias de todos los cristianos y abrirse, en actitud solidaria, a todos los hombres del mundo que tienen el derecho de conocer a Cristo. "Exhorto a todas las Iglesias, a los pastores, sacerdotes, religiosos y fieles, a abrirse a la universalidad de la Iglesia, evitando cualquier forma de particularismo, exclusivismo o sentimiento de autosuficiencia" (RM 85).
....... El DOMUND, es por tanto, vivir juntos, fraternalmente y sin fronteras, el gozo de ser hijos de Dios con un claro universalismo misionero en colaboración intensa espiritual y generosa ayuda material. Es una mirada universal, abierta al mundo entero, como aquella con la que Cristo abrazaba a todos los pueblos y grupos humanos mientras repetía a sus discípulos: "Id al mundo entero y predicad el Evangelio". Es el grito de aliento y de esperanza para que, "con la confianza que brota de la fe" (RM 56) y con la fuerza del Espíritu Santo "protagonista de la misión" (RM 30), todo cristiano se empeñe en que el mensaje del Evangelio llegue hasta los confines de la tierra.
PATRONOS DE LAS MISIONES
Con fecha del 14 de diciembre de 1927 la Congregación de Ritos publicaba el decreto por el que, por decisión de Pío XI, se declaraba a “Santa Teresita patrona especial de los misioneros, hombres y mujeres, existentes en el mundo”. Se le confería este nombramiento “al igual que a San Francisco Javier, con todos los derechos y privilegios que comporta este título”. Eran derechos y privilegios del culto litúrgico.
De este modo San Francisco Javier (1506-1552), el mayor misionero de la Iglesia después de San Pablo, compartía su título de protector celeste de las Misiones con la santa Carmelita de Lisieux. A sus 15 años y tres meses ingresó en el Carmelo, del que nunca más salió hasta su muerte. San Francisco Javier había sido declarado ya en 1748 “patrón de todas las tierras al este del Cabo de Buena Esperanza”, para ser nombrado en 1904 “patrón de la Obra de la Propagación de la Fe”[3]. ¿No habrá en este hermanamiento patronal una reflexión a profundizar? Alguien se ha preguntado: “Ser los dos patronos de las Misiones conjuntamente. Este hecho mismo, ¿no tendrá algún mensaje que comunicarnos a nosotros hoy?”

domingo, 30 de septiembre de 2007