sábado, 24 de octubre de 2009

Un privilegio: ser misionero



Dios quiere que yo le ayude a llevar la buena nueva de la salvación a mis hermanos

¿Qué le pasa al mundo?

Una de los juegos más agradables que podemos hacer es observar. Sentarnos y pretender no formar parte del mundo que nos rodea. ¿Qué vemos? ¿Qué descubrimos? Quizá haya un camino de industriosas hormigas llevando alimento y moviéndose como en un periférico lleno de tráfico o descubrimos una brisa cálida que mece las hojas de los árboles o sencillamente un grupo de niños juega y grita. Si nos mantenemos al márgen de todos ellos parece que no existimos y que cada uno tiene una tarea importante o divertida, hasta el viento parece concentrado en su trabajo de mover hojas. Cada cuál juega un papel en su pequeño gran mundo. ¿Te imaginas el día que los pájaros decidieran no cantar o el viento no soplar? Imposible, afirmarás, y tienes razón. La creación entera tiene una razón de ser. La naturaleza alaba a Dios simplemente siendo eso para lo que fue creada. ¿Y yo?

Debemos aprender

Dios nos ha amado desde toda la eternidad:
“Dotada de un alma “espiritual e inmortal”, la persona humana es la única criatura en la tierra a la que Dios ha amado por sí misma. Desde su concepción está destinada a la bienaventuranza eterna.”

Piensa qué maravilloso es esto. Existir porque Dios me ama a mí, con mi nombre y apellido. Cada uno de nosotros es amado por Dios en particular. No nacemos nada más porque así se dio por la continuidad de la especie, sino por el amor personal con que Dios quiso crearme. Y como ves, nos quiso crear para la bienaventuranza eterna, es decir, para que vayamos al cielo, para que allí vivamos felices y por toda la eternidad en su presencia.

Tenemos una vocación, un llamado de Dios. Ese llamado de Dios es universal para todos los hombres: ir al cielo. ¿Sabías que todos los que van al cielo son santos? Entonces podemos decir que Dios nos llama a la santidad.

Hasta aquí, todo suena muy bien. Pero los hombres no somos como las hormigas o el viento que alaban a Dios constantemente. Los hombres estamos llamados, invitados, pero no obligados. Tenemos una libertad que nos permite escoger amar a Dios y ser felices o no amar a Dios. No todos los hombres han escogido la bienaventuranza eterna. Dios ideó un plan de redención para ayudarnos. Un plan para salvar a los hombres. Jesús ha entregado su vida para realizar este plan. Él quiere que libremente aceptemos esta salvación y quiere que le ayudemos en esta hermosa tarea: salvar hombres. Unos a otros nos ayudamos, contamos con la gracia de Dios. Amamos a Dios cuando amamos a nuestros hermanos.

Estamos aquí porque esta invitación de Dios tiene en este momento un matiz muy especial. Dios quiere que yo le ayude a llevar la buena nueva de la salvación a mis hermanos. Hoy, el mensaje de Cristo depende del amor, la fe y la esperanza con que yo decida hacerlo mío y comunicarlo a los demás.

Jesús se quiere valer de mí para que le ayude a salvar almas. ¡Qué gran amor y confianza me tiene! La forma de agradecerle esta vocación es siendo muy fiel a su amor.

¿Qué le voy a contestar a Dios? ¿Cómo voy a responder a la confianza que Él está depositando en mí?

No permitas que la grandeza de la misión te asuste. Ciertamente es un camino que parece rebasarnos, pero Jesús no nos manda solos. Cuando nos pide algo, siempre va con nosotros. Él quiere que hagamos las cosas por Él, pero siempre conÉl y en Él. Vamos a aprender a escuchar a Cristo, pero sobre todo vamos a aprender a vivir muy unidos a Él.

Este curso nos dará algunas herramientas básicas para que podamos ser misioneros, por eso es importante participar activamente. La vida de un misionero depende de la relación Amorosa entre Dios y la persona. Se trata de vida misionera, amor vivo y activo a Dios Nuestro Señor.

Propósito

Vamos a poner un propósito: visitar a Jesús Eucaristía y preguntarle qué quiere de mí. Pídele que te enseñe a amar y a dejarte amar por Él.

Algo que no debes olvidar

- Dios nos ama desde toda la eternidad
- La vocación universal es a la felicidad eterna, es decir la salvación de todos los hombres
- Dios tiene un plan de salvación. Me invita a ayudarlo a salvar hombres.
- Jesús prometió estar siempre conmigo.
- El misionero ama a Dios en sus hermanos.






ESTE 28 DE OCTUBRE MARACAIBO SE LLENA DE ENTUSIASMO PARA RECIBIR A MARTÍN VALVERDE EN INTIMO, UNOS DE LOS CONCIERTOS MAS ESPERADOS Y NO TE LO PUEDES PERDER......

viernes, 23 de octubre de 2009




Misionero Parroquial (EMP)

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Su esencia


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1. ¿QUÉ DEBE SER EL EMP?

Debe ser antes que nada un equipo eclesial que expresa el SÍ o compromiso personal con Cristo, a la vez que el SÍ comunitario (estaciones 1 y 2) de quienes integran la comunidad parroquial. (Puede ser de otras instancias específicas y entonces surge el EME (equipo misionero específico - estación 3b).

2. ¿QUIÉN INTEGRA EL EMP?

El párroco y coordinadores o responsables de los diversos grupos, equipos, movimientos y asociaciones parroquiales como expresión visible de la comunidad que ha dado el SÍ misionero personal y comunitario (estaciones 1 y 2) este SÍ constituye el boleto indispensable para subirse al tren misionero.

Supone, por tanto, dejar de concebir a la parroquia, párroco y parroquianos , como agentes y destinatarios preponderantemente cultuales para asumir la misión como el elemento clave del ser cristiano.

3. ¿POR CUÁNTO TIEMPO?

Como equipo mientras dura el período de preparación, realización, evaluación y organización de la post-misión o misión permanente. Terminada esta etapa surgirán el EMP los diversos EME que la misión permanente requiera.

El primer paso para la misión permanente será la elaboración del Plan misionero parroquial (estación 14) que supondrá la reestructuración de fuerzas vivas parroquiales.

Para las parroquias que hasta ahora no tenían consejo parroquial, el EMP sería el principio de ese órgano responsable de toda la acción evangelizadora parroquial.

Para las parroquias que ya tenían Consejo, el EMP lo revitalizará.


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Su acción


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¿Qué debe hacer el EMP?

1. Constituirse como Equipo Misionero bajo la coordinación del párroco a través del Retiro Misionero (estación 5). En las parroquias donde ha habido Consejo Parroquial, el decano por medio de su equipo EMD (estaciones 3 y 4) promoverá la constitución de los EMP.

2. Profundizar en la espiritualidad misionera (estación 7).

3. Convocar nuevos misioneros (estación 8) a fin de que pueda llegarse a los destinatarios de la Misión Parroquial 2000: los alejados.

4. Planear fechas, lugares y formas de realizar las diversas "estaciones" de la etapa fuerte de la Misión:


Mentalización en la espiritualidad misionera a todos los integrantes de los grupos, equipos, movimientos y asociaciones para que se integren como misioneros.
Distribución de los misioneros por sectores o por etapas en que se realizará la misión.
Organización de la capacitación de los misioneros para la fase extensiva.
Selección de los pregoneros para la fase intensiva y capacitación para el uso adecuado del material diocesano.
Las celebraciones de envío y del cierre de la etapa fuerte.
Los tiempos para evaluar y planear.
La continuidad de la Reiniciación Cristiana.
5. Evaluar la realización tanto de la fase extensiva como de la intensiva.

6. Elaborar el nuevo Plan Misionero Parroquial.


Conclusión


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El EMP no puede ser un grupo o equipo más del la parroquia, sino que es EL EQUIPO , puesto que está integrado por todas las fuerzas vivas de la parroquia. Un equipo concebido así, será la clave para garantizar la continuidad de la MISIÓN .

"QUIEN NOS AMA, NOS AYUDA"


martes, 20 de octubre de 2009

lunes, 19 de octubre de 2009

domingo, 18 de octubre de 2009

EL EVANGELIO DEL DIA DOMINGO

Vigésimonoveno Domingo del Tiempo Ordinario

Hoy la Iglesia celebra : Evangelista San Lucas, Los Hechos de los Apóstoles

Lecturas

Leer el comentario del Evangelio por : Santo Tomás de Aquino
«El que quiera ser grande, sea vuestro servidor»


Evangelio según San Marcos 10,35-45.

Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, se acercaron a Jesús y le dijeron: "Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir".
El les respondió: "¿Qué quieren que haga por ustedes?".
Ellos le dijeron: "Concédenos sentarnos uno a tu derecha y el otro a tu izquierda, cuando estés en tu gloria".
Jesús les dijo: "No saben lo que piden. ¿Pueden beber el cáliz que yo beberé y recibir el bautismo que yo recibiré?".
"Podemos", le respondieron. Entonces Jesús agregó: "Ustedes beberán el cáliz que yo beberé y recibirán el mismo bautismo que yo.
En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes han sido destinados".
Los otros diez, que habían oído a Santiago y a Juan, se indignaron contra ellos.
Jesús los llamó y les dijo: "Ustedes saben que aquellos a quienes se considera gobernantes, dominan a las naciones como si fueran sus dueños, y los poderosos les hacen sentir su autoridad.
Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes;
y el que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos.
Porque el mismo Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud".


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.