sábado, 8 de mayo de 2010

jueves, 6 de mayo de 2010

EL CORAZON PERFECTO


Parábola extraida de la cultura del Tibet, los monjes poseen la cualidad de ver el aura de las personas.

Un día un hombre joven se situó en el centro de un poblado y proclamó que él poseía el corazón más hermoso de toda la comarca.

Una gran multitud se congregó a su alrededor y todos admiraron y confirmaron que su corazón era perfecto, pues no se observaban en el ni máculas ni rasguños.

Sí, coincidieron todos que era el corazón más hermoso que hubieran visto. Al verse admirado el joven se sintió más orgulloso aún, y con mayor fervor aseguró poseer el corazón más hermoso de todo el vasto lugar.

De pronto un anciano se acercó y dijo: "¿Porqué dice eso, si tu corazón no es ni tan, aproximadamente, tan hermoso como el mío?

Sorprendidos la multitud y el joven miraron el corazón del viejo y vieron que, si bien latía vigorosamente, éste estaba cubierto de cicatrices y hasta había zonas donde faltaban trozos y éstos habían sido reemplazados por otros que no encastraban perfectamente en el lugar, pues se veían bordes y aristas irregulares en su derredor. Es más, había lugares con huecos, donde faltaban trozos profundos.

La mirada de la gente se sobrecogió - "¿Cómo puede él decir que su corazón es más hermoso?", pensaron ...

El joven contempló el corazón del anciano y al ver su estado desgarbado, se echó a reír. "Debes estar bromeando," dijo. "Compara tu corazón con el mío...
El mío es perfecto. En cambio el tuyo es un conjunto de cicatrices y dolor."

"Es cierto," dijo el anciano, "tu corazón luce perfecto, pero yo jamás me involucraría contigo... Mira, cada cicatriz representa una persona a la cual entregué todo mi amor. Arranqué trozos de mi corazón para entregárselos a cada uno de aquellos que he amado.
Muchos a su vez, me han obsequiado un trozo del suyo, que he colocado en el lugar que quedó abierto. Como las piezas no eran iguales, quedaron los bordes por los cuales me alegro, porque al poseerlos me recuerdan el amor que hemos compartido."

"Hubo oportunidades, en las cuales entregué un trozo de mi corazón a alguien, pero esa persona no me ofreció un poco del suyo a cambio. De ahí quedaron los huecos - dar amor es arriesgar, pero a pesar del dolor que esas heridas me producen al haber quedado abiertas, me recuerdan que los sigo amando y alimentan la esperanza, que algún día -tal vez- regresen y llenen el vacío que han dejado en mi corazón."

"¿Comprendes ahora lo que es verdaderamente hermoso?"

El joven permaneció en silencio, lágrimas corrían por sus mejillas. Se acercó al anciano, arrancó un trozo de su hermoso y joven corazón y se lo ofreció.

El anciano lo recibió y lo colocó en su corazón, luego a su vez arrancó un trozo del suyo ya viejo y maltrecho y con él tapó la herida abierta del joven.
La pieza se amoldó, pero no a la perfección. Al no haber sido idénticos los trozos, se notaban los bordes.

El joven miró su corazón que ya no era perfecto, pero lucía mucho más hermoso que antes, porque el amor del anciano fluía en su interior.

miércoles, 5 de mayo de 2010

CANTO

CORAZÓN MISIONERO

QUEREMOS QUE TU NOMBRE

SEA ANUNCIADO

LLEVAREMOS TU PALABRA DE VIDA

EN LAS MANOS,

TENEMOS UN CORAZÓN MISIONERO

SEÑOR (BIS)

A lo que sufren y esperan

que llegue la Buena Nueva.

a los que te conocen dales Tu luz

para que abran sus puertas,

las puertas del corazón.

y que descubran Tu amor.

Si el mundo se ve apagado

y se siente abandonado,

es porque allí en el fondo reclama

la esperanza en Jesús resucitado

que nos viene a cobijar,

para volver a empezar.

Si algo ha mantenido 2000 años Tu nombre

es la fuerza del Espíritu Santo

que nos llama por nuestros nombres

a la hora de misionar y nos invita a luchar.

Señor Tu nombre ha sido anunciado

gracias por dejarme estar a Tu lado

te amo y quiero ofrecer mi vida por Ti.

martes, 4 de mayo de 2010

TESTIMONIO

Un corazón misionero

Hacer el proceso del catecumenado en la cárcel es una verdadera lección sobre lo que significa "espiritualidad". Muchas veces esta palabra nos desorienta. Jesús no nos propone una espiritualidad que nos transporta a misterios etéreos del espacio exterior. No es algo que tenga que ver principalmente con ritos sagrados celebrados en tiempos y lugares sagrados. Ni se reduce a oraciones o fórmulas especiales.

Más bien, Jesús nos lleva a descubrir lo santo que hay en todos los puntos de la sociedad en los que la vida humana se reduce a pagar deudas y el bienestar se sacrifica diariamente en aras de la supervivencia de la "alta sociedad". De hecho, justamente por este motivo Jesús ha tenido tantos problemas.

Si bien es cierto que Jesús nunca fue encarcelado como Juan Bautista, fue sí arrestado, acusado falsamente, torturado, y finalmente condenado a la pena capital. En aquellas últimas horas de agonía se identificó para siempre con todos los que son juzgados y condenados. En esas últimas horas murió como vivió, sufriendo "fuera de las puertas, para santificar al pueblo con su propia sangre (Heb. 13,12)".

Había iniciado su carrera misionera con un bautismo simbólico de agua que prefiguraba el bautismo real que lo reemplazaría. Para Jesús, la iniciación en los misterios del reino de Dios significaba el abandono de las falsas seguridades de la ciudad y de sus leyes y costumbres. Significaba bajar al río para estar con los pecadores arrepentidos.

Es allí en el río donde escucha, con la actitud humilde del pecador arrepentido, la confirmación que viene de lo alto: "Este es mi Hijo querido en quien me complazco" (Mt 3,17). Durante su ministerio luchará contra la lentitud de sus discípulos para comprender el sentido pleno de su bautismo: que sería el mesías rechazado que aceptaría ser sumergido en el río implacable del juicio del mundo.

Una parte importante del proceso catecumenal es discernir nuestro compromiso de formar comunidades. Cuando decimos que "aquí no tenemos nuestra morada definitiva" no queremos decir que estamos en la luna. Lo que quiere decir es que el reino de Dios no se debe confundir con la ciudad terrena que se construye con engaño y sobre las espaldas de los pobres.

Nuestra iniciación en los misterios del reino de Dios supone la opción por los pobres, el compromiso a trabajar junto con ellos, la piedra rechazada, llamados a ser la piedra angular de la nueva sociedad. "Ha escogido Dios más bien lo necio del mundo, para confundir a los sabios. Y ha escogido Dios lo débil del mundo, para confundir lo fuerte..., lo que no es, para reducir a la nada lo que es" (1 Cor. 1,26-28).

Nos estamos iniciando en una nueva forma de ver las instituciones y la realidad que nos rodea. Este itinerario de fe implica abandonar las seguridades y caminar hacia "él fuera del campamento, cargando con su oprobio" (Heb. 13, 13).

El Bautismo y la Confirmación no son más que el comienzo. La iniciación en una vida en la que la fracción eucarística de la Palabra y del Pan y el compartir la Copa nos lleva a renovar la alianza con los pobres de Dios.

La espiritualidad de la Preciosa Sangre insiste en contemplar el mundo desde los marginados y condenados. Vivimos cada Eucaristía provisionalmente como Jesús vivió la última cena -- listos para ser llevados a la fuerza a nuestro bautismo. Recordando al Arzobispo Mons. Oscar Romero cuya última misa terminó abruptamente con el derramamiento de su propia sangre, por haber querido construir la "ciudad nueva" entre los pobres de El Salvador.

Por eso compartimos el pan y la copa con temor y temblor. Cuando nos quedamos indiferentes ante la situación de los pobres y llegamos hasta a reclamarles sin misericordia el pago de sus deudas, nuestra Eucaristía se vuelve una farsa. ¿Qué valor puede tener la Misa si somos indiferentes al hambre en el mundo?

Lo que San Pablo describe como una situación local vale igualmente a escala mundial: "Cuando os reunís en común, eso ya no es comer la Cena del Señor; porque cada uno se adelanta a comer su propia cena, y mientras uno pasa hambre, otro se embriaga" (1 Cor. 11, 20-21).

En cierto modo uno no elige su iniciación a un corazón misionero profético. Actualmente existe una variedad de ritos de iniciación de los asociados o miembros de una comunidad religiosa, y están también los sacramentos de iniciación cristiana. Sin embargo, un elemental respeto de los derechos humanos nos impediría interferir en el tipo de noviciado que Dios tiene pensado para cada uno.

Pensemos en el tipo de "noviciado" preparado para Martín Luther King o Nelson Mandela, para Pablo de Tarso, Dorothy Day, o Gaspar del Bufalo. En todos estos casos el noviciado fue la cárcel. Su iniciación en la espiritualidad los transportó primero al espacio sagrado de los condenados. Cada uno experimentó un "bautismo" particular que dio comienzo a una misión profética entre los pobres y oprimidos. Mediante esa iniciación nació un corazón misionero.

Haríamos bien en recordar con frecuencia estas personalidades de carne y sangre para comprender el corazón misionero. Hoy cuando pensamos en un perfil tendemos a pensar en una lista abstracta de características positivas. Algo así como un estado de perfección marcado sólo por cualidades positivas. Tenemos que mirar también el lado más oscuro de esos corazones tan humanos de nuestros padres y madres fundadores. Muchas veces nos quedamos con versiones saneadas de la vida de los santos, tan distintas de los relatos de la sagrada escritura.

Con qué audacia presenta la Biblia la transformación espectacular del corazón adúltero y homicida de David en el interlocutor privilegiado del Dios de la Alianza. O que haya confiado el mandamiento sagrado "no matarás" a Moisés, uno que había experimentado en su corazón la lucha que lo llevó a dar muerte al amo del esclavo egipcio.

Tenemos que tomar valor de las palabras que Jesús dejó caer en el complejo corazón misionero de Simón Pedro, tan lleno de temor y negación: "Simón, Simón, mira que Satanás ha solicitado el poder cribaros como trigo; pero yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos" (Lc 22, 31-32).

Todas las palabras y gestos del Señor resucitado que se recogen en el cuarto evangelio confirman la verdad de que el perdón está íntimamente ligado a la misión (Jn 20, 19-23). En circunstancias normales los apóstoles hubieran esperado que el Señor les reprochara que lo hubieran abandonado e, incluso, negado. Estaban llenos de temor. Una reacción lógica hubiera sido ésta: el amigo, ofendido y traicionado, llevándose las manos llagadas a la cara les grita: "Me la van a pagar". Generando así un círculo vicioso de deudas y agravios.

En cambio, ¿qué sucede? Jesús hace el gesto de alzar sus manos llagadas, pero en lugar de las palabras acusadoras que los discípulos hubieran esperado, pronuncia palabras de reconciliación: "La paz sea con vosotros". Y les renueva la misión que les había encomendado: "Como el Padre me envió, así Yo os envío a vosotros". Sopla sobre ellos y prosigue: "Recibid el Espíritu Santo. Los pecados que perdonáreis, serán perdonados; los que retuviéreis, serán retenidos".

P. Thomas Hemm, C.PP.S., "Shaping the Heart of the Missionary" (Formar el corazón del misionero), The Wine Cellar, octubre de 1995, pp. 27-38).

lunes, 3 de mayo de 2010

DIA DE LA CRUZ DE MAYO


El velorio de cruz de mayo

El velorio de cruz de mayo es una de las manifestaciones culturales más ricas del Oriente venezolano. Se ha transmitido de generación en generación desde la colonia, mezclándose con aportes indígenas y africanos.

Es la celebración en la cual la Iglesia Católica recuerda el hallazgo del madero en el cual murió Jesucristo, en el año 324. Sin embargo, en Venezuela ha evolucionado y se ha convertido además en un velorio, un ritual para propiciar buenas cosechas (por el comienzo de la época de lluvias), y una forma de pedirle a la virgen su protección durante el resto del año.

El día de la cruz es el 3 de mayo. Sin embargo, en nuestro país esta celebración se lleva a cabo durante todo el mes, en el Oriente, Centro y Occidente del país. Los únicos estados donde no se celebra son Mérida, Zulia y Táchira.

La celebración proviene de nuestros ancestros, quienes al llegar el mes de mayo, adornaban la Santa Cruz con las primeras flores del año como ofrenda para obtener buenos frutos. En nuestro país, se siguió con esta tradición de vestir a la cruz como vínculo con la tierra y las lluvias. Pero con el paso del tiempo, la celebración se convirtió en sinónimo de fiesta. Incluso hay gente que lo llama “bailorio”, en lugar de velorio.

Estas fiestas van acompañadas de distintas manifestaciones musicales de la región como son los galerones, punto y llano, fulías, malagueñas, romances y tonos. Los instrumentos utilizados son: cuatro, mandolina, guitarra, tambor cuadrado, maracas y acordeón. Se reparten también bebidas y dulces típicos. La música, los rezos, la comida y demás elementos varían de acuerdo a la región.

domingo, 2 de mayo de 2010

EL EVANGELIO DEL DIA DOMINGO

Domingo de la V Semana de Pascua

Santo(s) del día : San Atanasio, Advocación Mariana: Nuestra Señora de Gracia, Santa Mafalda, Santa Wiborada, San José María Rubio S.J.

Lecturas

Leer el comentario del Evangelio por : Beata Teresa de Calcuta
«Que os améis unos a otros como yo os he amado»

Evangelio según San Juan 13,31-33.34-35.
Después que Judas salió, Jesús dijo: "Ahora el Hijo del hombre ha sido glorificado y Dios ha sido glorificado en él.
Si Dios ha sido glorificado en él, también lo glorificará en sí mismo, y lo hará muy pronto.
Hijos míos, ya no estaré mucho tiempo con ustedes. Ustedes me buscarán, pero yo les digo ahora lo mismo que dije a los judíos: 'A donde yo voy, ustedes no pueden venir'.
Les doy un mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros. Así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros.
En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos: en el amor que se tengan los unos a los otros".

Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.



¿Quién era el padre Esteban Wood?

“Quiero profundamente y para siempre al pueblo venezolano”, escribió el presbítero Esteban Wood en el pequeño texto en el que reseñó su vida para la página web de la Diócesis de Ciudad Guayana, donde servía como párroco de la iglesia Sagrada Familia, de Puerto Ordaz

.“Quiero profundamente y para siempre al pueblo venezolano”, escribió el presbítero Esteban Wood en el pequeño texto en el que reseñó su vida para la página web de la Diócesis de Ciudad Guayana, donde servía como párroco de la iglesia Sagrada Familia, de Puerto Ordaz.

Alguien de ese mismo pueblo al que él amó profundamente le quitó la vida. Su cuerpo, apuñalado, fue encontrado esta mañana en la casa parroquial de la iglesia donde sirvió y vivió los últimos seis años de su vida.

“¿Quién soy?”, tituló el padre Wood su reseña biográfica, que reproducimos a continuación:

“¿Quien Soy?

Nací en la ciudad de Vancouver, en el Estado de Washington, el 15 de noviembre de 1941, hijo de Delmer y Marta Wood, el quinto de nueve hijos. Estudié primaria en Oregon y California, con los grados finales en la Academia Santa Catalina en Benicia, California. Toda mi secundaria cursé en el Colegio San Vicente Ferrer en Vallejo, California, donde salí bachiller en 1958.

Desde segundo de primaria sentí la llamada de ser sacerdote católico, y desde el cuarto de ser misionero en el extranjero. Inmediatamente después del bachillerato, entré en seminarios misionales para mi formación. El obispo de Sacramento me ordenó presbítero en Vallejo, el 3 de Junio de 1967.

Veintitres años - la mayoría de mi vida misionera - se ha desarrollado en Venezuela, de 1968-1986, de 1995-1998, y de nuevo comenzando en mayo de 2003. Quiero profundamente y para siempre al pueblo venezolano. He trabajado en la pastoral juvenil, parroquial, matrimonial, educativa y familiar. Trabajé en Caracas como vicario de la parroquia de la Santa Cruz (Brisas de Pro Patria) y párroco de La Ascensión del Señor (Cumbres de Curumo). Ayudé iniciar los Encuentros Conyugales y los Encuentros de Hijos e Hijas en Venezuela. Durante siete años maravillosos servía como capellán del Instituto Pedagógico de Caracas. Fui director de la pastoral familiar en la diócesis llanera venezolana de San Fernando de Apure. Ahora pertenezco al clero diocesano de Ciudad Guayana, en el oriente del país.

Dos veces me tocó prestar servicio sacerdotal varios años en la iglesia de mi país de origen, en las dos costas de la nación, California y Nueva York. También trabajé feliz e intensamente con educadores en México de 1991-1994. Tomé posesión como párroco de la comunidad cristiana de Sagrada Familia en el sector Unare II de Puerto Ordaz, Ciudad Guayana, el 29 de Febrero de 2004”.


Asesinado párroco de Unare en robo
viernes, 30 de abril de 2010


El cadáver del sacerdote Esteban Wood White, de 68 años de edad, fue hallado en su habitación de la casa parroquial en el sector Unare II de Puerto Ordaz, este jueves en la mañana, luego de que los feligreses no lo vieran, como siempre acostumbraba, paseando su perro Humboldt a las 6:00 de la mañana. De acuerdo con los funcionarios del Cicpc, el párroco de Sagrada Familia estaba en medio de un charco de sangre apuñalado, golpeado y estrangulado cuando Jesús Guauro, feligrés, lo encontró.

►Una laptop, celulares y un teclado electrónico fueron sustraídos de la Casa Parroquial de Sagrada Familia, según reveló Monseñor Mariano Parra Sandoval, Obispo de Ciudad Guayana.

►Efrén Marín, jefe regional del Cicpc, no dio detalles alegando que era prematuro ofrecer nombres o circunstancias, cuando aún no se tenía establecida la cantidad de personas que actuaron ni los móviles.

►En una protesta de alumnos de la ETC Andrés Bello en 2008, el padre Wood declaró al Correo: “La inseguridad es un problema. Hasta la misma iglesia ha tenido problemas durante las misas, por lo que tenemos que pagar vigilancia… no hay respeto a la vida”.

Armando Arévalo Bravo
aarevalo@correodelcaroni.com Esta dirección electrónica esta protegida contra spambots. Es necesario activar Javascript para visualizarla

Conmoción y rechazo entre la colectividad guayanesa causó el asesinato del sacerdote Esteban Wood, quien desde 2004 era el encargado de la Parroquia Sagrada Familia en el sector Unare II de Puerto Ordaz.

El cadáver del religioso fue encontrado en la habitación que ocupaba desde hace más de seis años en la casa parroquial, en medio de un enorme charco de sangre, apuñalado, golpeado y “estrangulado con una franela blanca”, detalló un funcionario del Cicpc que entró a la escena del crimen.

“Al lado de él estaba hasta el sombrero que siempre usaba y cuando llegué, su perro estaba a su lado”, relató Monseñor Mariano Parra Sandoval, Obispo de la Diócesis de Ciudad Guayana, quien llegó a la escena del crimen poco antes de las 9:00 de la mañana de este jueves.

Quienes convivían con el padre Esteban -como lo conocían en la comunidad- lo describen como un hombre apacible, noble y colaborador. Sus días eran prácticamente rutinarios y a las 6:00 de la mañana era común verlo caminando a los alrededores de la iglesia Sagrada Familia, junto a Humboldt, su perro Waimarane que lo acompañó por más de 5 años. Dicen que después de estos paseos, abría las puertas de la iglesia para que entraran los primeros grupos de oración.

En las últimas semanas el padre también supervisaba las obras de construcción de una capilla al lado del templo y parte de las herramientas de trabajo eran guardadas en su casa, por lo que a las 7:00 de la mañana, era común ver entrar y salir gente del sitio donde fue asesinado.

“Después que hacía todo durante el día, casi siempre se acostaba muy tarde, como a las 11:00 de la noche, después que llamaba a Humboldt o al gato, que siempre se escapaban”, dijo una señora de la comunidad.

Un cambio en esta rutina hizo que Jesús Guauro, un feligrés de esta comunidad, sospechara que algo había sucedido. Relató que poco después de las 7:00 de la mañana aún vio cerradas las puertas de la Casa Parroquial y de la iglesia, por lo que llamó insistentemente al sacerdote que nunca respondió.

“Entonces decidí buscar un esmeril y rompí la cerradura de la puerta. Busqué y lo encontré muerto dentro de su habitación”, especificó.

Primeras pesquisas
Fuentes ligadas a las investigaciones revelaron que además de ser brutalmente golpeado, al padre Esteban, de 68 años de edad, lo apuñalaron en más de 30 oportunidades entre el pecho y el abdomen; y además “tenía cortadas en los brazos, porque se defendió. También fue estrangulado con una franela blanca mientras se desangraba en el suelo. Murió por asfixia”, dijo un agente del Cicpc de manera extraoficial.

Un contingente de más de 20 funcionarios de la Policía científica de diferentes brigadas se encargaron de hacer las diligencias que la Fiscalía Tercera de Puerto Ordaz y la 41º con competencia nacional, ordenaron para esclarecer las circunstancias y móviles del suceso.

Durante las 4 horas que duró la inspección de los sabuesos se colectaron evidencias, hicieron la fijación fotográfica de la escena del crimen y buscaron huellas de quienes cometieron el asesinato. El arma homicida no fue colectada en esta primera inspección.

Los sabuesos explicaron que además de algunas cosas regadas dentro de la habitación del padre, no había señales de violencia en puertas o ventanas. Estiman que el crimen pudo ocurrir entre las 10:00 y las 12:00 de la noche, cuando el padre fue visto con vida por última vez frente a la casa parroquial y cuando -según unas residentes del lugar- dos hombres caminaban nerviosa y rápidamente por la vereda 19.

Quienes entraron a la casa del sacerdote indicaron que al momento de encontrar su cadáver vestía una franela blanca y un pantalón gris con que trabajaba frecuentemente.

Efrén Marín, jefe de la región Guayana del Cicpc, dirigió parte de las pesquisas que se realizaron en el lugar, pero a la prensa no ofreció mayores detalles, alegando que era prematuro ofrecer nombres o circunstancias, cuando aún no se tenía establecida la cantidad de personas que actuaron ni los móviles. Dijo que ninguna hipótesis se descartaba hasta el momento y que también era necesario hacer entrevistas a personas allegadas al religioso.

Fue un robo
Para los representantes de la Diócesis de Ciudad Guayana está claro que se trató de un robo. Detallaron que en lo poco que pudieron observar dentro de la casa del padre Esteban, se percataron que faltaba una computadora portátil, dos teléfonos móviles y un teclado electrónico que era utilizado en las misas.

“Había otras cosas de valor que no se llevaron como los tambores de las baterías. No se llevaron dinero porque lo colectado por las ofrendas estaba en la iglesia”, informó el obispo de Ciudad Guayana.

Monseñor Parra Sandoval llamó a la población a la concordia y la fraternidad, pues opina que el nivel de violencia que se vive en la sociedad venezolana es producto de la pérdida de valores que viene desde la familia.

“Todos somos culpables de la violencia y es precisamente consecuencia de la crisis de valores que hay en la sociedad. Todos debemos poner un granito de arena para combatirla”, aseveró monseñor.

“Este sacerdote era muy generoso y cuando alguien pedía un favor él lo ayudaba y pasó lo que pasó”, comentó el representante de la Iglesia Católica en Ciudad Guayana.

Precisamente entre los jóvenes que el padre Esteban ayudaba, había muchos drogadictos e indigentes, a quienes aconsejaba y hasta les proveía comida y ropa. Sobre algunos de estos muchachos están encendidas las alarmas de los cuerpos de seguridad, quienes buscan a dos de ellos y de los que sólo se sabe son conocidos como “Jairo” y “Will”.

Aunque muchos aseguran que estos jóvenes no habían sido vistos por el sector últimamente, “uno de ellos le robó una laptop el año pasado. Hubo un pleito dentro de la casa parroquial y ese muchacho (Jairo) que es menor de edad, empujó al padre y lo tumbó al suelo”, comentó un residente de Unare II, quien explicó que por este incidente, el joven estuvo preso varios días.

Esta versión no es desechada por uniformados de la Policía científica, pues entre las hipótesis investigadas está la posibilidad de que el padre conociera al homicida y que lo haya asesinado después de robarlo, para que no lo delatara ante las autoridades.

La hipótesis de que el asesino era conocido del sacerdote cobra fuerza, tomando en cuenta que su perro no se mostró intranquilo durante la noche del miércoles y la madrugada del jueves, cuando ocurrió el homicidio. Además, el asesino tomó las llaves y cerró la puerta principal.

Casi a las 12:00 del mediodía de este jueves, cuando sus restos eran sacados de la Casa Parroquial -entre cánticos religiosos de la feligresía- por uniformados de la Policía científica, el clamor de cientos de feligreses y vecinos era el mismo: ¡justicia!